Universalidad e inalienabilidad
Existen derechos humanos universales e inalienables. Todo el mundo tiene derecho a ellos en todo el mundo. Nadie puede renunciar voluntariamente a sus derechos. Y nadie tiene autoridad para quitárselos a otra persona.
Indivisibilidad
Todas las personas tienen los mismos derechos básicos. Forman parte de la dignidad de todas las personas, ya sean civiles, políticas, económicas, sociales o culturales. Como resultado, todos tienen el mismo estatus de derechos. No existen derechos «pequeños». No existen jerarquías en los derechos humanos.
Interdependencia e interconexión.
La realización de un derecho frecuentemente depende total o parcialmente de la realización de otros derechos. Por ejemplo, el ejercicio efectivo del derecho a la educación o a la información puede ser necesario para el ejercicio efectivo del derecho a la salud.
Igualdad y ausencia de prejuicios
Debido a la dignidad inherente de cada persona, todas son iguales como seres humanos. Toda persona tiene derecho al disfrute de sus derechos humanos sin ser sometida a ninguna forma de discriminación por motivos de raza, color, género, origen étnico, edad, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, discapacidad, situación económica. posición, circunstancias de su nacimiento u otros factores que puedan explicar la creación de los órganos protegidos por los tratados de derechos humanos.
Inclusión y participación.
Todas las personas tienen derecho a participar activamente en el desarrollo civil, político, económico, social y cultural de sus comunidades para promover las libertades fundamentales y los derechos humanos.
Responsabilidad y estado de derecho.
Los Estados y otros responsables deben respetar las normas y principios jurídicos consagrados en los instrumentos de derechos humanos. Los titulares de derechos que han sufrido daños tienen derecho a presentar una demanda ante un tribunal u otro organismo judicial si no lo hacen, solicitando la reparación adecuada y haciéndolo de conformidad con los requisitos y procedimientos de las leyes.
En conclusión, los derechos humanos son un conjunto crucial de ideales que trabajan para defender la igualdad y la dignidad de cada individuo. La Declaración Universal de Derechos Humanos sigue siendo un faro de esperanza y un llamado a la acción para garantizar que todas las personas vivan con dignidad y respeto en un mundo más justo y equitativo, a pesar de los obstáculos que aún se interponen en el camino de su promoción y protección. . La educación sobre los derechos humanos es esencial para promover estos ideales y garantizar que todos tengan un futuro mejor.